¿Los niños donde están?
21.6.14
Cuando era pequeño me imaginaba
Una vida perfecta de adulto, algo más tranquila, libre de problemas sociales, un mundo de caramelo y chocolate, de soldaditos de plástico y siempre volando cometa con los vientos de agosto.
Degustaba las mejores piedras, me revolcaba en la plaza, jugaba a las chapadas, las escondidas, el yan ken po, el lingo, improvisábamos con bata y terminamos en los columpios con el sol en el rostro.
Un lapsus mental casi siempre me ocasiona cuando recuerdo que anhelaba una vida así cuando sea adulto, cosa que al paso del tiempo cambió para darme la intranquilidad de un país con graves problemas de inclusión.
Hoy veo que los niños nacen con inclinaciones tecnológicas, lo pruebo con Andrés mi sobrino, casi siempre me pregunto como aprendió a buscar pocoyo en Youtube si sólo jugaba plantas vs zombies.
Y si le presto a Matías mi ipod puede teclear y interactuar a sus cortos 13 meses de vida, a todo esto me cuestiono si serán equilibrados al utilizar la tecnología.
Hoy recorro las calles, la plaza y los mismos columpios que casi están oxidados, aún veo las cicatrices en el concreto que hicimos a crítica de la población por nuestras patinetas de madera con rodajes de acero.
¿Los niños donde están?
Están en sus casas sentados frente a un ordenador o posiblemente alquilando en un cibercafé el tiempo de una infancia sin control adulto.
Yo seguiré ayudando a mis sobrinos, seguiré añorando la infancia de este Asentamiento sin inclusion, seguiré adaptandome a la tecnología que me volvió sedentario hacia ella, pero con el sueño de un futuro como mi pasado.
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